Nuestros niños desarrollan habilidades para la vida

Dejamos atrás las prácticas obsoletas o mal implementadas de los sistemas tradicionales y llevamos el proceso del aprendizaje a un nivel que requiere del diálogo y la convivencia. Así, los niños construyen sus propias estructuras de conocimiento y son capaces de vivir y reflexionar cada concepto, mientras maduran emocional y socialmente en un entorno establecido concienzudamente por sus padres, los profesores y  directivos.

Establecemos las condiciones para que se lleven a cabo procesos cognitivos finos, en los que combinamos modernas técnicas pedagógicas y organizacionales para lograr la implementación disciplinada, consistente y eficiente de nuestros procesos. Con esto queremos decir que no sólo somos teóricos, sino que sabemos llevar a la práctica los conceptos y lo hacemos con una metodología igualmente profesional que interesante para el niño.

Nos interesa mucho que los niños desarrollen habilidades para la vida y que destaquen por su iniciativa, asertividad, creatividad y seguridad emocional. Nuestra escuela se distingue porque promovemos entre los niños la integración social, el trabajo en equipo y el respeto a sus ideas; que sean críticos congruentes y con propuestas, dispuestos a aprender y comprometidos con la mejora continua.

Los niños y jóvenes viven un proceso educativo basado en la promoción de valores, la vida en una comunidad que aprende y respeta a sus miembros como seres individuales y únicos.

Los niños son una parte activa del proceso de aprendizaje: reflexionan, se involucran y siempre son escuchados. Al ofrecerles distintas opciones didácticas, apoyadas por una atención, evaluación y seguimiento personalizados, ellos experimentan diferentes versiones del conocimiento y lo hacen suyo.

Los alumnos de primaria se desenvuelven en un en un entorno bilingüe de español e inglés; en secundaria se incorpora el francés, con el fin de fortalecer su preparación para el bachillerato.